El ciclo reproductivo de los cocodrilos desde el cortejo hasta el nacimiento de las crías sorprende a muchos, pues dentro de este proceso se encuentran varios aspectos que resultan increíbles para unos animales considerados muy agresivos. Se podría pensar que no son dedicados ni protectores, pero las apariencias pueden crearnos falsas percepciones.
Los cocodrilos son de los pocos reptiles que se encargan de vigilar, proteger y defender sus huevos y sus crías hasta que alcanzan el tamaño suficiente para valerse por cuenta propia.
Todo comienza con el cortejo. Machos y hembras emiten vocalizaciones y realizan movimientos corporales de interacción para determinar quién será la pareja. Los apareamientos, que pueden ocurrir varias veces, suceden dentro del agua.
El cortejo comienza cuando machos y hembras emiten vocalizaciones y realizan movimientos corporales.
Después de los encuentros, las hembras se dedican a buscar espacios óptimos para depositar sus huevos. Se ha documentado algunos casos que después de preparar la cavidad para las crías, abandonan inesperadamente el lugar. No se sabe a ciencia cierta por qué ocurre tal situación, pero se cree que tiene relación con el ambiente inadecuado para la formación de los huevos. También podría ser algún tipo de peligro cercano que logran detectar.
Algunas hembras de caimanes forman montículos con material vegetal y otras cavan agujeros de 50 cm en la tierra o en la arena. Se dice que pueden construir estos nidos cerca del hogar de las termitas, ya que el calor producido por estos insectos es útil para incubar los huevos de manera exitosa. La puesta de los huevos generalmente ocurre en horas de la noche y lleva alrededor de 40 minutos completarlo. El número de huevos depende del tamaño y la edad de la hembra, por lo que el rango es muy distante, siendo de 7 hasta 95.
La madre siempre intenta permanecer cerca de los nidos para vigilarlos en todo momento, pero es común que ocurran ciertos descuidos donde los huevos son desenterrados y consumidos por lagartos, aves, mapaches, serpientes y muchos otros depredadores que abundan en ese entorno natural. Algunas veces los machos participan en el cuidado.
La temperatura juega un papel importante en la reproducción de los cocodrilos, pues si se dan bajas temperaturas dentro de la cavidad, nacerán hembras, y si por el contrario existen altas temperaturas, se desarrollarán machos. El tiempo que tardan en formarse varía de poco más de dos meses hasta 95 días, dependiendo de la especie y de las condiciones climáticas.
La temperatura juega un papel importante en la reproducción de los cocodrilos.
La hembra presente puede escuchar incluso los ruidos de las crías aún dentro de los huevos, lo cual le indica que es momento de ayudarlos a salir. Los pequeños contienen un diente especial para romper el cascarón, pero las madres también ayudan a agilizar este momento mordiendo con mucho cuidado las partes duras. Los cocodrilos nacen con 25-30 cm de largo aproximadamente.
Una vez en el exterior, son llevados al interior de la boca de la madre donde los transportará hacia el agua. También es común verlos encima de la espalda de su protectora con el fin de evitar a los depredadores terrestres. Los gaviales, por su parte, no pueden almacenar a las crías dentro de la boca pues esta es demasiado estrecha para lograrlo, pero son muy defensores de sus descendientes.
El índice de mortalidad es muy alto en ciertas especies debido a la depredación, problema que no ayuda a los tipos de cocodrilos que se encuentran en peligro de extinción. Algunos tienen una tasa de mortalidad del 50% y otros de hasta 99%.
La madurez sexual es alcanzada cuando tienen aproximadamente 3 m de largo, esto para las especies grandes como el cocodrilo de agua salada (Crocodylus porosus) o el cocodrilo del Nilo (Crocodylus niloticus).
Para cortejar a las hembras, los aligátores realizan un llamado «baile de cocodrilo».
Los aligátores llegan a su madurez sexual cuando tienen alrededor de 1.8 m de longitud y son los machos quienes se dedican a realizar marcadas exhibiciones de cortejo. De manera grupal son capaces de emitir fuertes sonidos y movimientos corporales llamados “bailes de cocodrilo”, con el fin de atraer a las hembras.
Tal vez sea difícil imaginar a un cocodrilo realizar danzas de cortejo y cuidar a las crías debido a que se considera un animal serio y temperamental, pero la naturaleza siempre nos sorprende y hoy sabemos que este gran reptil también puede ser “amoroso”.