El tema de este artículo puede sorprender, pero aunque no lo creas, los cocodrilos también tienen enemigos en la impredecible vida salvaje. Desde el nacimiento ningún animal está exento de los peligros de la madre naturaleza.

Los cocodrilos adultos no tienen un amplio listado de depredadores; no obstante, los pocos contrincantes que existen bastan para ponerlos en peligro.

Un cocodrilo a simple vista luce como un animal imposible de digerir para cualquier depredador, especialmente por su piel exterior, pero lo cierto es que la carne de este reptil es muy rica en proteínas, y aunque es baja en grasa, ofrece a sus consumidores energía y fuerza necesaria para vivir.

Los leopardos pueden capturar cocodrilos, y los jaguares y anacondas a caimanes adultos. Tal captura no es tarea sencilla; sin embargo, la necesidad de alimentarse los obliga a tener que enfrentarse a este tipo de presa que lucha por defenderse y cuya gruesa piel impide que sean heridos rápidamente.

La carne de cocodrilo es baja en grasas pero muy rica en proteínas.

Los leopardos y jaguares utilizan sus poderosas garras y mandíbulas equipadas con colmillos largos, rígidos y puntiagudos que penetran en la áspera piel de los cocodrilos o caimanes. La desventaja que tienen estos felinos es la huida de su presa hacia el agua, ya que ahí sus habilidades son ampliamente reducidas y quedan expuestos al ataque de otros reptiles sumergidos.

Las anacondas, por su parte, son enormes y gruesas serpientes depredadoras de su hábitat que tienen la fuerza y el tamaño necesario para acabar con presas de gran tamaño como capibaras, ciervos y caimanes. A pesar de que estos últimos puede ocasionarles graves heridas, las anacondas actúan de manera muy rápida para enrollar su musculoso cuerpo alrededor del caimán y asfixiarlo en poco segundos.

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Las más vulnerables a la depredación son las crías. A diferencia de los adultos, ellas están expuestas a ser atrapadas sorpresivamente por varias especies que abundan en su estado natural. Un ejemplo es el ave llamada pigargo vocinglero (Haliaeetus vocifer), que se aprovecha de la falta de tamaño y fuerza de los cocodrilos recién nacidos.

Los jóvenes y pequeños cocodrilos americanos (Crocodylus acutus) son presas fáciles de mapaches, grandes peces y gatos salvajes. Y los cocodrilos de Morelet (Crocodylus moreletii) caen ante la habilidad de las ratas, serpientes, gaviotas, jaguares (Panthera onca) y aves ardeidas, coloquialmente conocidas como garzas.

Algunos aligátores “bebés” no llegan a su etapa adulta al ser parte de la dieta de otros aligátores adultos, y de peces grandes, aves, nutrias, mapaches, pejelagartos y serpientes. Las crías y huevos de gaviales se mantienen ante el peligro de ratas, chacales comunes (Canis aureus), cerdos salvajes, mangostas y de reptiles del género Varanus.

Por su parte, debido a las zonas selváticas donde viven, los caimanes tienen la probabilidad de ser la comida de peces grandes, garzas, coatíes, lagartos overos (Tupinambis teguixin), aves de presa, ratas, marsupiales didélfidos y mapaches.

Aparte de los jaguares (Panthera onca) y anacondas (Eunectes), las boas constrictoras (Boa constrictor), tienen la fuerza suficiente para acabar con la vida de un caimán adulto.

Todos los depredadores antes mencionados sin duda son peligrosos dentro de la vida salvaje, pero nadie como el ser humano. Sin ser el enemigo más fuerte o el más hábil, las herramientas que el hombre utiliza para cazar a los cocodrilos son lo suficientemente fuertes para matar no solo a uno, sino a cientos de ellos cada año.

Los cocodrilos son cazados de manera furtiva por su preciada piel, carne y huevos.

Los cocodrilos son cazados de manera furtiva por su preciada piel, carne y huevos. Indirectamente se ven amenazados por la invasión de su hábitat natural para la agricultura, la pesca sin control y la construcción de granjas de otras especies como el camarón.

Tal situación no siempre es considerada importante puesto que se trata de un animal salvaje con características alejadas a nuestro concepto de belleza y ternura. Si bien no es nada similar a nuestro gatito o perrito que tenemos en casa, es un ser vivo que ocupa un lugar en el mundo y por lo tanto, merece ser respetado como tal, independientemente de sus características depredadoras y de su manera natural de cazar.