Son muchos los animales que forman parte de la lista de especies amenazadas de acuerdo con organizaciones internacionales dedicadas a la conservación y preservación de la fauna y flora mundial, y lamentablemente los cocodrilos forman parte de ese registro.
La caza de cocodrilos es una actividad muy antigua. Su piel se ha considerado muy valiosa desde la década de 1800 y desde entonces un gran número de ellos han sido capturados para terminar convertidos en una cosa, en una simple pieza.
Desde 1800, la piel de cocodrilo ha sido considerada económicamente valiosa.
Debido a que los números se redujeron hasta el borde de la extinción se crearon leyes para regular su conservación y controlar las poblaciones sobrevivientes. Para el período de entre 1962 y 1972, las cifras regresaron a la normalidad, y viendo el éxito que se tenía con las regulaciones de su caza, en la actualidad en ciertas regiones como Florida o Luisiana, EUA, está permitida su caza siempre y cuando la persona cuente con una licencia oficial.
Los cazadores deben adquirir permisos también para poseer o comercializar pieles y partes del animal. En otros casos solo se trata de caza deportiva donde el simple objetivo es disparar con mucha precisión. Anzuelos, flechas y algunas armas de fuego son permitidas durante estas prácticas. ¿Estás de acuerdo que existan este tipo de leyes que permitan capturar algunos individuos?
Numerosos grupos conservacionistas se oponen completamente a este tipo de regulaciones, pues argumentan que el ser humano no es un ser superior que tenga el derecho de acabar con la vida de seres inocentes. Señalan también que la caza deportiva es totalmente absurda e inhumana, pues el hecho de sentir satisfacción al posar al lado de un animal muerto es totalmente bestial.
Del lado contrario, los defensores de la caza se defienden bajo el argumento de que ello se realiza para equilibrar el número de depredadores-presas que habitan un mismo ecosistema. Según ellos, la sobrepoblación de un tipo de fauna puede desencadenar reacciones negativas hacia otros animales y hacia las poblaciones humanas. ¿Ustedes de qué lado están? Se lo dejamos a su criterio.
Gastronomía
En épocas decembrinas, los filipinos acostumbran servir carne de cocodrilo.
Seguramente habrás visto en más de una ocasión la imagen de una mesa repleta de alimentos con un puerco entero en el centro, adornado con una manzana en la boca. Pues esto es lo que realizan las familias filipinas pero con cocodrilos, sobre todo en temporadas decembrinas. Son varios los restaurantes de dicha nación que ofrecen platillos preparados con carne de este reptil.
En algunas partes del mundo esta es precisamente una de las razones por las que están en riesgo: la gastronomía. El problema no son las capturas realizadas por pequeñas poblaciones para el sustento de unas cuantas familias, sino de la mayor cantidad de apresamientos realizados por empresas que distribuyen este tipo de carne a un gran número de restaurantes a nivel mundial. La carne que se necesita es demasiada y no hay siempre quien regule estas atrocidades.
Accesorios
En cuestiones de moda, un accesorio es un utensilio auxiliar que complementa un atuendo y otorga ese distintivo que marca la diferencia ante un conjunto simple. Como ejemplos de esto podemos mencionar bolsos, carteras, cinturones, fundas, pulseras y varios objetos más. Estos no se necesitan para sobrevivir; algunos facilitan la vida humana y otros son simples adornos, algo que no es “malo”, pero ¿qué sucede cuando los gustos por los accesorios se convierten en caprichos?
Cada año, miles de cocodrilos son asesinados de manera violenta para terminar como simples objetos de uso humano. Muchos de estos cocodrilos y caimanes viven en “granjas” en condiciones deplorables con tanques sucios y espacios cruelmente pequeños. Antes de “trabajar” con ellos, son apaleados de la cabeza y desollados casi vivos para que la piel no adquiera marcas o roturas que puedan reducir su valor comercial.
Los cocodrilos sienten dolor y se estresan. No se trata de dejarnos llevar por su apariencia física y creer que no sufren. Son animales sensibles que de ninguna manera merecen morir de una forma tan trágica como esa y mucho menos por cuestiones de materialismo humano.
Se dice que el cocodrilo es de sangre fría, pero hablando de estas cuestiones, el hombre es el ser con la sangre más fría que pueda existir en la Tierra.